Hombre este

El “hombre este” se sentó en una silla larga, giratoria, una silla tremendamente divertida, la “mujer aquella” le colgaban las piernas de la silla, así que escogió un pedacito de nalga y se colocó en una pose sujestivísima, debajo de su sobrio sastre rojo yacían mil leguas de fuego, siiiiiiiiiiiii era fácil darse cuenta. Pero a la “mujer aquella” se le dormían las piernas con facilidad, algo en la circulación. El “otro hombre” le ponía un sutil micrófono en la solapa con un aparatejo en la cintura… ¡Ah, la cintura! La cintura de la "mujer aquella" tiene una foto en Cartagena, de cuando fue reina, era una cintura mítica. “Aquel hombre” el de los audífonos iba a dar la señal cuando ¡tas! Se bajó un taco. ¡Se bajó un taco! – revolución – en cinco estarían al aire. La “mujer aquella” aprovechó unos segundos para bajarse de la silla, no había sido coronada por sus escasos 1.65 de estatura, pero tenía un rostro tan fotogénico y un porte de periodista seria, en fin, pocas reinas se habían hecho creíbles como ella. Le contó al “hombre este” que se le estaba durmiendo la cola, el “hombre este” apuesto politólogo “twingo” sonrió con su sonrisa “Andrés, la carne es de Res” y dijo algo que no siendo gracioso, convencionalmente sería gracioso, supongo, yo no entiendo de graciosidades. Ambos sonrieron con tres “ja ja ja” concretos, sonoros pero no extravagantes. Hablaron de un sitio muy chévere donde vendían unas exquisiteces bastante dietéticas, pero tu no necesitas hacer dieta, comento el “hombre este”, “ja ja ja” esta vez, con mayor marquilla, con algodón 100%, imagino que vas a ir a la plaza de toros, pero, por supuesto contestó el “hombre este”, la “mujer aquella” tenía una pinta de cuero que seguramente había sido de alguno de esos pobrecillos sacrificados y con la que solía rendirles tributo en la plaza de toros, solía acompañarla con un sombrero para evitar que el sol le fuera a producir manchas en la vejez, con esa le habían tomado las fotos en las páginas sociales, a ti nunca te van a salir manchas, yo ya tengo mis añitos encima, “ja ja ja”, por lo menos no tienes el ojo caído como tu colega del otro canal, no, yo disimulo el uribismo, “ja ja ja” esta vez la risa tenía un dejillo irónico bastante sazonado de pimienta, era un steak pimienta, ¡salimos al aire en 1!, una nalga pomposa y ribeteada se encaramaba difícilmente sobre esa silla tan alta, al “hombre este” no le quedaba difícil, pues tenía la estatura adecuada de un tecnocrático y encantador “fast thinker”, 5, 4, 3, 2, 1, ¡grabando!, buenas noches, tenemos con nosotros esta noche a un invitado muy especial, un experto en cualquier maricada, el politólogo “hombre este” quien nos va a hacer un análisis acerca de la “situación aquella” que tan conmocionado tiene al país, buenas noches “mujer aquella”, cuéntenos, cuéntenos cuentos de esos que tanto le gusta oír a la gente, mientras hacemos un poquito de ingeniería electoral, le cuento que Madrid estaba tibio y hermoso y en Barcelona había un restaurantico, una cosa minúscula con unos mantelitos delicados, servían una comida que al parecer de cualquier pansón, pues no era más que un pequeño paréntesis, pero es que nos llenábamos de un vino, aquí es un asco el vino, ni siquiera se toma buen café, “ja ja ja” dizque el mejor café del mundo, bueno y usted cree que están involucrados militares, pero ¡por supuesto!, “ja ja ja” ¡eso todo el mundo lo sabe! Pero me han dicho que andas sola, noooooooooo otra vez se separaron, otra vez la “señorita esta”, pues cuando estés lista para dejar de lado el aburrimiento te invito a “Andrés, la carne es de Res” que ahora tiene un local en la ciudad, ah no, lo que pasa es que eso ha sido la tendencia histórica producto de una violencia continua y brutal fruto de la naturaleza genética de los “hombres estos”, yo creo que la solución es continuar apoyando las instituciones y conseguir que en el plano de lo regional aumenten los esfuerzos de cooperación contra el terrorismo, si, mientras hacemos comerciales me bajo de esta silla porque ya se me durmió media cola y tengo un dolor de espalda debido a que hice algo mal en la rutina en el “tech”, a mi me pasa igual cuando viajo hasta Madrid, los viajes largos me tienen estresado, por eso nos tuvimos que ir a vivir en Cajicá, ah, que bien, al fin terminaste de construir la casa, ¡no! Alquilamos una mientras la terminamos, y cuando va a ser la inauguración, pues fíjate que la “muchacha esta” va a hacer una reunioncita esta noche para celebrar lo de nuestro trasteo, donde, pues en “Andrés, la carne es de Res”, ah, es por eso, pero ¡por supuesto!